lunes, 2 de marzo de 2009

OFENSIVA CONTRA EL PARA QUE SE DE EL TLC

Colombia iniciará la próxima semana una nueva ofensiva en Washington en favor de su Tratado de Libre Comercio, un proyecto en larga espera de debate por el Congreso y que, por lo dicho este jueves por la presidenta de la Cámara de Representantes, todavía seguirá esperando. Nancy Pelosi, preguntada en una conferencia de prensa si después de su aprobación de las preferencias comerciales andinas en la víspera la Cámara baja estaba lista para abordar el tratado colombiano, dijo, sin agregar mayor comentario: “Colombia está lista para eso...”.
La opinión de Pelosi es coincidente con la abstención de abogar por el tema vista en los oradores demócratas durante el debate de las preferencias el miércoles. Pero contrasta con el pedido unánime hecho en la misma ocasión por congresistas republicanos para que se proceda lo antes posible a la aprobación del tratado colombiano. Entre tanto, el presidente George W. Bush, un firme promotor de la aprobación de ese acuerdo, reafirmó que “en la votación legislativa hay una consecuencia adicional: si el Congreso lo rechaza, sin duda se irá contra los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”. “Eso alentaría un falso populismo entre nuestros vecinos”, dijo en una rueda de prensa en la Casa Blanca. “Socavaría el valor de gobernantes como el presidente Uribe”. El gobierno del presidente Álvaro Uribe sigue todavía esperando para marzo la aprobación del tratado firmado en 2006 y que no ha empezado siquiera por la gestión mínima de vistas públicas el proceso de su ratificación. La mayoría de demócratas ha condicionado su voto a avances contra la violencia, particularmente el asesinato de sindicalistas en Colombia. “Exhorto enérgicamente al Congreso a que cuando este acuerdo sea sometido a votación medite seriamente sobre las consecuencias que tendría su no aprobación”, dijo Bush. La nueva ofensiva colombiana incluye la presencia en Washington de ministros de Estado, sindicalistas privados y emisarios del Fiscal General de la Nación para hablar con diversos interlocutores sobre la necesidad del tratado y los logros de Uribe en su política de seguridad democrática para restaurar la autoridad y promover el desarrollo. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, primo del vicepresidente Francisco Santos, será el primero en arribar. Lo hará el lunes 3 de marzo. Le seguirán al día siguiente dirigentes de sindicatos del sector privado, que a diferencia de los del sector público, están en favor del acuerdo. El 10 de marzo arribará el canciller Fernando Araújo para abordar temas de política exterior y de tipo humanitario. Ese mismo día llegarán también emisarios de la Fiscalía de la Nación para aclarar dudas sobre uno de los aspectos que más preocupa a los opositores del tratado: la impunidad. Finalmente, el 12 de marzo estará en Washington el ministro de Comercio Guillermo Plata para tratar aspectos del desarrollo económico y comercial de Colombia, que pese a su prolongado problema de guerrillas es uno de los países con mayor crecimiento de la región. Todos ellos fueron precedidos esta semana por la ministra de Cultura, Paula Marcela Moreno, quien llegó al frente de una delegación que trató temas mayormente culturales en lo que se ha llamado la Semana Afro-Colombiana en Washington. La marginación de los negros, que representan el 26 por ciento de la población nacional colombiana, han sido otro motivo de críticas a Colombia de los opositores del tratado.

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